¿Son más saludables los productos veganos y vegetarianos?

No cabe duda de que la salud y la sana alimentación es una preocupación que va en aumento. Este hecho ha permitido que la demanda por estar saludable y comer de manera sana genere un mercado atractivo para los más diversos productos y etiquetas para alimentos. De allí que también se hayan generado infinidad de tendencias alimentarias: vegetarianos, lacto-vegetarianos, veganos, etc., así como distintas industrias que producen y comercializan productos elaborados especificamente para quienes cultivan estos hábitos.

En sí mismo esto no debería significar problema alguno, la libertad de elegir el estilo de vida y, por tanto, de alimentación, no tiene porque convertirse en algún dilema. Sin embargo, muchas de estas industrias y productos han establecido semejanzas que las personas no siempre saben distinguir.

Por ejemplo, se piensa que la etiqueta de “vegano” o “vegetariano” es igual a “saludable”. Así, en la mentalidad de muchas personas, hacer una dieta vegetariana o vegana es igual a comer bien. Igualmente, se piensa que los productos elaborados para quienes practican estos estilos de vida están libres de contaminantes o agentes dañinos para nuestro organismo. Este juicio también es falso, y debemos estar atentos a ello para poder escoger libremente cuál tendencia alimentaria queremos prácticar con nuestra familia.

Lo primero es entender que, más allá de las tendencias, lo importante es llevar una dieta adecuada en cantidad, calidad y diversidad. Es decir, si hago una dieta vegana con poca variedad de vegetales, en cantidades diarias reducidas y de mala calidad, no estaré haciendo en modo alguno uno dieta saludable y completa.

Recordemos que las dietas deben proveernos de los nutrientes necesarios para el funcionamiento correcto de nuestro organismo. La demanda de estos nutrientes puede variar de acuerdo a distintas variables: clima, edad, condición de salud, ritmo de actividad física. Así, un adoslecente tendrá una demanda de nutrintes distitnas a un adulto mayor, un deportista requerirá otros nutrientes distintos a los de una persona que trabaje en oficina. De igual manera, si estamos en verano deberíamos consumir alimentos distintos de cuando estamos en invierno.

Entonces, debemos estar conscientes de que, sea cual sea la dieta que escojamos, ella debe ser completa: tener la cantidad de alimentos diarios que necesitamos; variada: consumir distintos tipos de alimentos (frutas, legumbres, vegetaes, raíces, tallos, ojas, semillas, granos, cereales, aceites, etc.); y de calidad: debemos preferir alimentos orgánicos y frescos, con el menor nivel de procesamiento industrial, y la menor cantidad de aditivos químicos.

Este último punto nos permite pasar a la falsa identificación entre comida vegana o vegetariana con comida saludable.

En la actualidad muchos de los proudctos diseñados especialmente para tendencias veganas o vegetarianas contienen sustitutos industrializados y artificiales de productos naturales; por ejemplo colorantes, sustitutos para huevos, sustitutos lacteos, etc. En otras ocasiones se trata de productos altamente procesados e industrializados, que los alejan sensiblemente de su posible origen orgánico o natural; un ejemplo de ello son las harinas refinadas, el azúcar refinada, entre otros.

Entonces, lo importante no es si el producto es o no vegano o vegetariano, sino los ingredientes artificiales y el tipo de procesamiento industrial al cuál se ha sometido el mismo en su elaboración. De allí que siempre debamos preferir aliementos frescos, integrales, poco procesados y sin aditamentos químicos.

En conclusión, ¿son más saludables los productos veganos y vegetarianos? Imposible establecer un juicio a priori. Se deben observar las dietas específicas, las condiciones de salud y estado biológico de las personas, así como sus demandas particulares. De igual manera, más allá de las etiquetas, debemos cuidar de consumir los alimentos lo más frescos posibles y con el menor nivel de procesamiento industrial.